miércoles, 14 de mayo de 2008

carta abierta de la gran tita al histérico pseudo machote argento.


en la timba de la vida,
sos un punto sin arrastre
sobre el naipe salidor
y, en la cancha de este mundo,
sos un lerdo pal' biabazo,
pal' chamuyo y pal' amor.

compadrón,
cuando quedes viejo y solo,
compadrón,
y remanyes tu retrato, gato,
notarás que nada has hecho;
tu berretín deshecho
verás desmoronar.

querido compadrito, con aires de rebenque, atajate este ponchazo que te voy a sacudir. te pido, gentilemente, que te mandes a volar: ya sos una molestia, una ladiya que no deja de picar. si le digo todo esto es porque, como uste' sabe, no me gusta la ranada y, mucho menos, la cacheada de un abacanado como vos. entonces, dejá de hacerte el caferata, como si la tuvieras clara, cuando mucho te falta caminar. a pesar de que compres zapatos con la zuela ya gastada, todos sabemos de queruza que sos un nene de mamá.
pero sigamos, compadrito, aprendiz de rufino con muy poco para dar; ya me aburrí de tus embrugos y de tus ganas de pelear. todos los guríes bien sabemos que, detrás de ese solapeo, se esconde un miedo sin igual. andás llorando por la vida, como si fueras una víctima, ¡dejá de bolacear! las víctimas acá son las purretas que piensan que sos un gran señor y se dejan engañar. pero a mi, con esos brillos, ya no me agrampás, ya que he visto desfilar miles de giles como vos: se creen muy machos pero, debajo de ese saco, usan pollera en vez de pantalón.
y pensar que alguna vez te creí un gran señor, todo un galán, alguien de quién aprender algo, el primero que me iba a domar. sim embargo, al toque roque del apriete, te saltó la ficha de gil al que le gusta boquear. los que te hicieron creer que sos gardel, te engrupieron, te hicieron delirar. y así fue que me madrugaste con sanatas camorreras para después mostrar cómo, a la primera de escaramuza, entrás a moquear.
¡justo a mi! justo a mi con lecciones de supervivencia, cual profesor... ¡justo a mi! me querés enseñar cómo vivir la vida, cuando eso sólo te lo enseña el dolor y, de eso, compadrito sin arrastre, nadie sabe más que yo. porque, cuando vos estás sacando el boleto, yo ya fui y vine varias veces, más de las que sabés contar. capaz sucumbí a tus encantos, de esos que no me acuerdo ya, pero eso fue para darte soga, pa' que no te sientas inferior. si algo me aclaraste es que sos más mina que yo: pusiste en evidencia tu falta de hombría al entregarte a la histeria cuando sólo te ofrecí franelear. así que, gilastrún empedernido, te pido un favor: bajate el caballo, no te la creas tanto... sos un pobre tipo que se comió el papel de ganador.
pero m'jito, no malinterpretes mi intención. yo no quiero deschabarte, sólo quiero aconsejarte en esa parte de la vida en la que tu viejo hizo sapo cuando te quiso enseñar. capaz de algo te sirva saber que la histeria masculina, a diferencia de la femenina, sólo trae soledad. y si alguna loca quiere acompañarte, más que compañía, ella va a ser tu vergüenza porque, che, pebete, acordate que las pocas que no compramos tu billete somos las mujeres de verda'.

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